El oído de nadador, también conocido como otitis externa, es una infección del conducto auditivo externo que puede causar dolor, picor e inflamación. Esta condición es común en personas que pasan mucho tiempo en el agua, de ahí su nombre, pero también puede afectar a aquellos que tienen una higiene inadecuada del oído o que son propensos a la acumulación de humedad en el canal auditivo.
Causas del oído de nadador
La causa principal del oído de nadador es la proliferación de bacterias u hongos en el conducto auditivo externo. La humedad crea un ambiente propicio para el crecimiento de estos microorganismos, que pueden causar inflamación e infección. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar oído de nadador incluyen:
Nadar en aguas contaminadas
Limpiar los oídos con bastoncillos de algodón, lo que puede dañar la piel y empujar la cera hacia el interior del oído
La presencia de piel seca o eczema en el conducto auditivo
El uso de audífonos o tapones para los oídos que no se limpian adecuadamente
Síntomas del oído de nadador
Los síntomas del oído de nadador pueden variar de leves a graves, y pueden incluir:
Dolor de oído, especialmente al tocar o tirar de la oreja
Picor en el oído
Enrojecimiento e inflamación del oído externo
Sensación de oído taponado
Secreción de líquido del oído, que puede ser transparente, amarillento o con mal olor
Fiebre (en casos graves)
Tratamiento del oído de nadador
El tratamiento para el oído de nadador generalmente implica el uso de gotas óticas que contienen antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección. También se pueden recetar analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación. Es importante seguir las indicaciones del médico y completar el tratamiento completo, incluso si los síntomas mejoran antes.
Prevención del oído de nadador
Hay varias medidas que se pueden tomar para prevenir el oído de nadador:
Mantener los oídos secos: después de nadar o ducharse, secar suavemente las orejas con una toalla y inclinar la cabeza hacia un lado para drenar el agua del canal auditivo.
Usar tapones para los oídos al nadar: los tapones para los oídos pueden ayudar a evitar que el agua entre en el canal auditivo.
Evitar la introducción de objetos en el canal auditivo: no usar bastoncillos de algodón, horquillas u otros objetos para limpiar los oídos, ya que esto puede dañar la piel y aumentar el riesgo de infección.
Mantener una buena higiene del oído: limpiar suavemente las orejas con un paño húmedo y jabón suave. Evitar el uso de productos irritantes o perfumados en los oídos.