A pesar de sus beneficios, muchas madres abandonan la lactancia. La mastitis es una de las principales razones. ¿Qué la causa y cómo prevenirla?
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En este artículo hablamos de la mastitis: causas, prevención y tratamiento. No te lo pierdas.
La mastitis es una inflamación del tejido mamario que afecta a entre un 2 % y un 20 % de las madres lactantes.
Puede causar dolor, enrojecimiento, hinchazón e incluso fiebre, siendo una de las principales razones del abandono temprano de la lactancia.
Hoy se entiende como un espectro clínico, que va desde la congestión mamaria fisiológica hasta el absceso mamario, que requiere tratamiento quirúrgico y antibióticos.
Todo comienza con una obstrucción parcial de los conductos galactóforos y una alteración en la microbiota de la leche. Si progresa, puede derivar en infección e inflamación severa.
Las causas de la mastitis no se conocen con exactitud, pero hay varios factores que pueden influir en su desarrollo:
-Maternos: sobreproducción de leche, estrés, uso inadecuado del sacaleches.
-Técnica de lactancia: mala postura o agarre incorrecto del bebé.
-Factores microbianos: desequilibrio en la microbiota mamaria.
-Uso de antibióticos: pueden alterar la flora bacteriana protectora.
El diagnóstico de la mastitis es principalmente clínico, aunque la ecografía puede ayudar a diferenciar entre mastitis y absceso mamario. En la mayoría de los casos, el tratamiento es conservador y permite continuar con la lactancia.
Se recomienda:
-**Asesoramiento ** en lactancia para evitar obstrucciones. -Adecuar las tomas a las necesidades del bebé y evitar sobreproducción. -Masajes suaves y compresas frías para aliviar la inflamación. -Analgésicos y antiinflamatorios para el dolor. -Antibióticos, solo si hay infección bacteriana o absceso. -Probióticos: una posible ayuda. En los últimos años, los probióticos han sido estudiados para la prevención y tratamiento de la mastitis leve.
Algunas cepas, como Lactobacillus fermentum y Lactobacillus salivarius, han mostrado eficacia en reducir la incidencia de mastitis hasta en un 50 %. Sin embargo, aún se requieren más estudios para confirmar estos beneficios.
La mastitis es un problema frecuente que puede afectar la lactancia, pero con el tratamiento adecuado y un buen apoyo, muchas madres pueden superarla sin necesidad de abandonar la alimentación materna.
A pesar de que la recomendación de amamantar con sus beneficios tanto para el niño como para la madre es clara y del deseo de dar de mamar a sus bebés de la mayoría de madres, las tasas de lactancia materna en nuestro país están lejos de ser ideales. Entre las principales causas del abandono temprano no deseado de la lactancia están uno las dificultades para amamantar y dos la pérdida de confianza, ambas estrechamente unidas. Hasta una cuarta parte de las madres señalan a la mastitis como la causa de ese abandono. La mastitis ocurre entre un dos y un veinte por ciento de las mujeres que la acta. Tradicionalmente, cuando se hablaba de mastitis, nos referíamos a una condición clínica en la que, junto a los signos locales, rube satisfacción, edema, dolor. Existían, sí, más generales, sobre todo fiebre y escalofríos. Hoy día se piensa más que se trata de un espectro clínico que va desde la incitación mamaria, una situación fisiológica fruto de la subida de la leche en los primeros días tras el parto hasta procesos más complejos, como el absceso mamario, que obligará a un tratamiento quirúrgico junto con el uso de antibióticos. El espectro clínico comienza con una obstrucción parcial de los conductos galactus producidos por la distensión de los alveolos y una disbiosis en la leche. Si el cuadro progresa, se produce una obstrucción completa con inflamación local e infección que puede generalizarse y originar síntomas sistémicos. Si la infección progresa a nivel local se produce un absceso mamario. No se conoce la causa de la mastitis, aunque hay varios factores que influyen en su desarrollo. Algunos dependen de la madre, otros de la técnica por el uso de extractores de la leche o la sobreproducción de leche. También factores microbianos y otros como el uso de antibióticos por parte de la madre. La frontera entre las distintas entidades, mastitis, subaguda, mastitis aguda no siempre es fácil de delimitar. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y la ecografía puede ser útil para diferenciar entre lo que es una mastitis y un absceso. En general, el manejo de la mastitis debe ser con salvador y en la mayoría de ocasiones exitoso, permitiendo la continuidad de la lactancia. Un buen asesoramiento de la lactancia es clave para prevenir las mastitis. Además, se recomienda adecuar las tomas a las necesidades del bebé, evitando la sobreproducción de leche o, como hemos comentado anteriormente, el uso excesivo de sacaleches. También se recomienda un uso de los sujetadores de lactancia si presenta además síntomas locales. Además de las medidas físicas, un masaje suave uso de compresas frías Es útil el uso de antiinflamatorios y de analgésicos. Los antibióticos deben reservarse para el caso de las mastitis bacterianas o de los abscesos. En los últimos años se ha pre cotizado el uso de los probióticos tanto para la prevención como para el tratamiento de las formas leves de mastitis. Aunque el nivel de evidencia es todavía limitado, sólo algunas especies han demostrado su eficacia, como el anteriormente llamado Lactobacillus Fetus o el Lactobacillus Saliva Vis. Un metaanálisis reciente concluyó que el uso de probióticos redujo la incidencia de mastitis hasta en un cincuenta por ciento de los casos y el contagio de bacterias en la leche. Sin embargo, el número de estudios realizados es escaso y es preciso disponer de nuevas evidencias para confirmar este hallazgo.