La lactancia artificial es una alternativa para alimentar a los bebés cuando la lactancia materna no es posible o no se desea. Es fundamental, en este caso, contar con información precisa y actualizada para garantizar la correcta nutrición e hidratación del bebé.
Lactancia artificial: consejos para una alimentación segura
Es importante seguir unas pautas básicas para asegurar que la lactancia artificial sea segura y saludable para el bebé.
La preparación del biberón debe hacerse con agua mineral natural, preferiblemente de mineralización débil, o con agua hervida durante un minuto. La cantidad de agua y de leche en polvo debe ajustarse a las indicaciones del pediatra y del fabricante. Es fundamental una correcta higiene, tanto de las manos del cuidador como de los utensilios utilizados.
La elección de la leche de fórmula debe hacerla el pediatra, quien valorará las necesidades individuales de cada bebé. Existen diferentes tipos de leche artificial en el mercado, adaptadas a las distintas etapas del desarrollo y a necesidades específicas, como la leche de fórmula para bebés prematuros o con alergias.
El Dr. Jesús Garrido, pediatra del Hospital Vithas La Salud de Granada, insiste en la importancia de crear un vínculo afectivo durante la alimentación del bebé. Ya sea con lactancia materna o lactancia artificial, el contacto visual, las caricias y el contacto piel con piel son fundamentales para el desarrollo emocional del bebé.
Desmintiendo mitos sobre la lactancia artificial
Existen muchos mitos en torno a la lactancia artificial. Es importante desmentirlos y ofrecer información basada en la evidencia científica. Uno de los mitos más extendidos es que la leche de fórmula produce gases o estreñimiento. Lo cierto es que la leche artificial actual está diseñada para ser fácilmente digestible y no tiene por qué causar estos problemas.
Otro mito frecuente es que los bebés alimentados con biberón no crean un vínculo tan fuerte con sus madres como los que son amamantados. La realidad es que el vínculo afectivo se crea a través del contacto, la interacción y el cuidado, independientemente del tipo de lactancia.