¿Has oído hablar de la generatividad en la vejez?
Para explicar la aplicación de la generatividad en la vejez, conviene entender qué es la generatividad. Se utiliza este término para referirse al interés por contribuir a los demás en el contexto de nuestra familia, de los grupos y de las comunidades en las que participamos.
Es esa motivación por dejar una huella en el mundo que nos sobreviva, por dejar un legado que puedan aprovechar las nuevas generaciones.
La generatividad supone, en suma, tratar de dejar un mundo un poquito mejor de lo que nosotros lo encontramos.
El estudio de la generatividad en la vejez
El estudio de la generatividad fue tradicionalmente asociado a la mediana edad y a la paternidad, que ha sido el rol social más típico en el que expresar estos deseos generativos.
Sin embargo, la generatividad en la vejez también puede tener mucho sentido hoy en día, debido al cambio de perfil de las personas mayores que se ha producido en las últimas décadas. Nos encontramos en un contexto en el que no solo vivimos más años que antes, sino que vivimos con relativamente buena salud hasta edades muy avanzadas, y con unos niveles educativos y un bagaje de conocimiento mucho mayores que en el pasado.
Se trata de seguir buscando contribuir a los demás como una fuente de sentido en esta nueva vejez que estamos construyendo. Los mayores, obviamente, ya contribuyen y se muestran generativos tanto en la familia como en la comunidad, en la familia.
Las personas mayores ejercen de abuelos, cuidando de nuestros hijos, familiares con dependencia en la comunidad. Los mayores, o al menos muchos de ellos, se implican en tareas de voluntariado, permaneciendo más años en el mercado laboral o comprometiéndose en actividades políticas y activismo social.
¿Cómo reconocer la generatividad en la vejez?
En suma, se trata de:
Visibilizar las contribuciones que las personas mayores ya hacen. Debemos alejar de esa etapa de la vida las ideas tradicionales de carga social, pasividad o declive, pues son inciertas.
Promocionar las actividades generativas en la vejez, ya que contribuyen no solo a la mejora de nuestras familias y comunidades, sino al propio desarrollo personal y a dotar de un sentido a esta etapa de la vida. Para promocionar la actividad en la vejez, hemos de incidir en programas educativos para personas mayores. Eso sí, ha de ser una educación entendida no solo como una actividad lúdica, sino como una actividad que nos permita adquirir nuevas competencias para participar y para contribuir a la sociedad más y mejor.
Crear nuevas oportunidades y contextos de participación social, en los que la contribución de las personas mayores sea buscada y valorada.
Eliminar prejuicios generalistas y considerar la vejez no como un momento de declive, sino como una etapa donde el crecimiento y la ganancia también son posibles. Es decir, se trata de NO convertir a los mayores en un problema, sino de verlos como parte de la solución. Podemos buscar la contribución de las personas mayores como un bien, no solo para ellos mismos, sino como algo que nos va a beneficiar a todos.