¿Qué es la flora intestinal? ¿De qué manera se va formando en el bebé? ¿Cómo afecta a su desarrollo? Responde a estas preguntas el pediatra Jesús Garrido.
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La flora intestinal del bebé, ese conjunto de microorganismos que habitan en su intestino, juega un papel crucial en su salud y desarrollo. Desde el momento del nacimiento, el bebé comienza a entrar en contacto con estos microorganismos, que provienen principalmente de la vagina de la madre durante el parto.
Una flora intestinal equilibrada es fundamental para el bienestar del bebé. Influye en aspectos clave como:
Sistema inmunológico: Una flora diversa y saludable ayuda a fortalecer el sistema inmunitario del bebé, protegiéndolo de infecciones.
Desarrollo neurológico: Existe una estrecha relación entre la flora intestinal y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Los microorganismos intestinales producen sustancias que pueden influir en el desarrollo y función del cerebro.
Nutrición: La flora intestinal participa en la digestión y absorción de nutrientes, lo que impacta directamente en el crecimiento y desarrollo del bebé.
Diversos factores pueden afectar la composición de la flora intestinal del bebé. Algunos de los más relevantes son:
Lactancia materna: La leche materna es el alimento ideal para el bebé, ya que contiene nutrientes y bacterias beneficiosas que promueven el desarrollo de una flora intestinal saludable.
Lactancia artificial: En casos donde la lactancia materna no es posible, es importante elegir fórmulas infantiles que contengan probióticos y prebióticos, que ayudan a simular los efectos de la leche materna en la flora intestinal.
Exposición a antibióticos: El uso de antibióticos puede alterar el equilibrio de la flora intestinal. Es fundamental utilizarlos solo bajo prescripción médica y considerar el uso de probióticos para restaurar la flora después del tratamiento.
Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser consumidos en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Los prebióticos, por otro lado, son sustancias no digeribles que sirven como alimento para los probióticos, favoreciendo su crecimiento y actividad.
Incluir probióticos y prebióticos en la dieta del bebé, ya sea a través de la leche materna o de fórmulas infantiles enriquecidas, puede contribuir a mantener una flora intestinal saludable y prevenir problemas digestivos. Es importante recordar que la flora intestinal del bebé es dinámica y puede verse afectada por diversos factores a lo largo de su desarrollo.
flora intestinal. En el lactante, la flora intestinal sólo germana coloque. Convivimos siempre en dentro de nuestro intestino. Estos gérmenes van colonizando al bebé desde el principio de su vida iban formando poco a poco una colonia de gente que va viviendo con nosotros, con la que no podemos llevar bien regular o mal. No es lo mismo tener una flora intestinal que colabora con nosotros que tener una flora intestinal que no hace la puñeta. La flora intestinal empieza a colonizar al bebé desde el mismo momento del nacimiento Incluso hay algo de flora que entra ya desde antes del nacimiento, pero sobre todo se empezamos a hablar del momento que lo hace Lo. Normal es que cuando el niño nace por el canal del parto, los primeros gérmenes con los que tiene contactos, o sea, lo que hay en la vagina de la madre y son aquellos para los que estamos preparados habitualmente, gérmenes con los que nos llevamos bien, Existe la posibilidad de caer alguno que sea agresivo. Y tenemos uno que el estreptococo agarraste del grupo de que es bastante frecuente. En realidad. Vamos, no demasiado, pero que una de las infecciones neonatales más frecuente y que siempre se controla durante el embarazo el ciego, no la madre portadora del por si tenemos que hacer algo contra él. Pero la mayoría de los casos lo que nos encontramos son gérmenes que no ayudan gérmenes que empiezan a colonizar no y que tienen un papel fundamental, especialmente en los primeros años de vida, porque sirven para que tengamos una nutrición adecuada, un desarrollo neurológico adecuado y un adecuado desarrollo del sistema inmunológico. Y estos tres puntos son fundamentales en el desarrollo futuro del bebé. El hecho de que tengamos una flora formada por gérmenes que consuman recursos que son necesarios para el bebé puede alterar su desarrollo, mientras que hay otros que lo que pueden hacer facilitar la digestión de forma que ha salvado mejor esos nutrientes que son necesarios Si. Tenemos también gérmenes que son más agresivo, van a hacer que el sistema defensivo actúe defendiéndose contra ello, produciendo ABC inflamación en el intestino que pueden dificultar la solución del resto de nutriente. No es lo mismo eso de tener gérmenes con los que convivimos de forma adecuada y establecen una relación de simbiosis con el sistema inmunológico que hacen que este se regule y actúe de forma adecuada el lugar de haciendo daño, previniendo lo y del mismo modo, tenemos también es importante en el desarrollo neurológico. Cada vez hablaba más de LG intestino encéfalo porque sabemos que todo lo que hacen los Germán el intestino produce ciertas sustancias que pueden actuar sobre el funcionamiento del cerebro. Producen algunas sustancias que son directamente tóxica y otras que regulan nuestro comportamiento. Tener aliado y no enemigo en ese campo es fundamental. El hecho de que un niño tenga eso o lo otro depende de una pura lotería Lotería. Pero hay factores que influyen en que esa lotería juega a nuestro favor. Uno de ellos es la leche materna. Sabemos que la composición de la leche materna y los gérmenes que llegan con ella favorecen que se establezca una buena flora intestinal que colabora con nosotros en esos tres campos que estábamos definiendo. Y por eso uno de los objetivos también cuando hablamos de lactancia artificial es que estas leyes tienen que incluir también lo necesario para que cumplan una función que la leche materna. Para conseguirlo tenemos que recurrir a los recursos, lo probiótico y los prebióticos. Hablamos de probiótico cuando nos referimos a gérmenes. Bueno, que sabemos que son importantes en ese equilibrio de flora intestinal y que queremos que estén ahí y que entonces lo que hacemos es aportar para garantizar que luego ya se reproduzcan en el intestino del bebé y que siguen ahí como parte de su flora Pero. Esos gérmenes no son capaces de vivir del aire, necesitan recursos para alimentarse y eso es lo que llamamos prebióticos. Aquellas sustancias que los gérmenes consumen para alimentarse, que tienen que estar de forma continua la alimentación del bebé para que esa flora no solo llegue sino que pueda mantenerse ahí, porque la flora del bebé es muy variable, puede cambiar con muchísima facilidad, influido por un montón de cosas. Y sabemos que aporte puntuales de probióticos prebióticos pueden tener cierta utilidad, pero se agotan enseguida. Necesitamos que eso esté de forma continua en la alimentación del bebé está en la leche materna y si el bebé recibe lactancia artificial es bueno, que es tener la lactancia artificial Cuando. Conseguimos que esto sea así. Estamos garantizando un buen desarrollo del niño, tanto en el campo nutricional como neurológico, inmunológico