El envejecimiento facial puede reflejarse de tres maneras distintas: en la piel, en el volumen y en el descolgamiento. El cirujano plástico Moisés Martín Anaya explica que “la piel envejece perdiendo lustre, luminosidad, apareciendo arrugas o manchas y se soluciona con tratamientos médicos como el láser o el peeling”.
“La pérdida de volumen se soluciona con microinjertos de grasa. Básicamente se refleja en la zona de los pómulos y perdemos la configuración triangular del vértice inferior que nos recuerda a la juventud”, agrega el experto.
En el descolgamiento, lo que descuelga no es realmente la piel sino los tejidos profundos a los esta que acompaña y su solución radica en el lifting. “Hace 10-15 años, el lifting era mucho más agresivo y con un posoperatorio largo. Entonces se acuñó el término erróneo de minilifting pensando que solo tocando la piel, sin tocar las estructuras profundas, se podía solucionar el problema. Esto es un error ya que a los 4 o 5 meses la piel vuelve a acompañar a esos tejidos que no se habían levantado y el minilifting no tiene su efecto”, argumenta el cirujano.
Con las nuevas tecnologías ya se ha conseguido que el lifting sea mucho menos agresivo, con una recuperación muchísimo más rápida y tocando las estructuras profundas. Cada caso es particular, hay ocasiones en las que es necesario levantar punto a punto las estructuras profundas, y en otras, cuando la piel está muy descolgada, la cirugía se tracciona con un solo punto y es más corta aún.
“¿Podemos hablar de minilifting con el concepto de tocar estructuras profundas? Sí, existe el minilifting pero no lo hay que asociar a cirugías solo de la piel. Minilifting, miniresultado y no es miniprecio”, concluye Anaya.
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