En muchas ocasiones, por el ritmo de nuestras vidas no tenemos posibilidad de llevar un cepillo de dientes que nos permita lavarnos nuestra dentadura todo lo necesario. Los chicles son en este momento uno de nuestros mejores aliados.
¿Por qué? Nuestro odontólogo, Iván Malagón, nos da varias razones. Primero, masticar chicle provoca que segreguemos más saliva, que tiene un poder antibacteriano y remineraliza el esmalte de los dientes.
Segundo. Lo ideal es que los chicles no tengan azúcar pero sí es positivo que contengan un derivado de los azúcares que se llama xilitol. “Este alcohol es bueno porque tiene un efecto antibacteriano y también nos inhibe de la colonización de determinados hongos como la candida albicans”, añade Malagón.
Uno de los segmentos de la población que más se pueden beneficiar de los chicles y del xilitol son las mujeres en periodo de lactancia. “El xilitol evita la transmisión de bacterias entre la madre y los hijos, por ejemplo como la streeptococcus mutans, la principal causa de las caries en los niños”, explica el odontólogo.
Los únicos a los que no se les recomienda masticar chicle es aquellas personas que padezcan algún tipo de molestia articular en la mandíbula o bruxismo.
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