Una lesión medular traumática es un daño de la médula espinal por un traumatismo. Los síntomas varian en función del nivel de la lesión y de su gravedad. En esta página de lesion medular traumatica dispones de videos e información de las causas, síntomas y las mejores terapias para tratar la enfermedad.
Una lesión medular traumática es un daño sobre la médula espinal originado por un traumatismo del tipo que sea.
Se trata de una emergencia médica.
Las causas de una lesión medular traumática pueden ser: accidentes automovilísticos, caídas desde gran altura o a nivel del suelo, contusiones, lesiones por armas de fuego o arma blanca, roturas del disco intervertebral y fracturas de vértebras que afecten a la médula espinal. No es necesario que la médula se seccione de forma completa para perder su función, es decir, la forma anatómica de la médula puede no alterarse a simple vista, pero la lesión ha afectado a su capacidad de conexión nerviosa. Además de la lesión se desencadenan una serie de cambios inflamatorios, neuroquímicos y en los vasos sanguíneos que afectan al tejido nervioso de la médula espinal y producen daño de forma secundaria al traumatismo inicial. Se calcula un intervalo de unas 4 horas para intentar frenar y revertir ese conjunto de fenómenos para que el alcance de la lesión interna sea menor.
Los síntomas de una lesión medular traumática varían en función del nivel de la lesión y de su gravedad. Se pueden dividir en dos tipos:
Lesión completa: no se conserva ninguna función nerviosa por debajo del nivel de la lesión, es decir, no son posibles los movimientos voluntarios ni la sensibilidad. Estas lesiones completas son siempre bilaterales afectando a los dos lados del cuerpo por igual.
Lesión incompleta: puede conservar alguna sensibilidad por debajo del nivel de la lesión. Son más variables, por ejemplo, una persona puede ser capaz de mover más una parte del cuerpo que otra, o puede ser capaz de tener sensibilidad en una parte inmóvil, etc.
Además de los síntomas de pérdida de sensibilidad y de movimiento, se pueden sumar otros síntomas:
Alteraciones en el funcionamiento de la vejiga y de los intestinos.
Afectación de las funciones sexuales.
Si la lesión se produce a nivel alto sobre las vértebras cervicales C1 y C2, también se ven afectados los movimientos involuntarios como la respiración, y puede ser necesaria la conexión a un respirador mecánico. También puede estar afectada la regulación del ritmo cardiaco y de la presión sanguínea, el control de la temperatura del cuerpo, o la sudoración…
También puede presentarse dolor crónico.
Según los síntomas se puede conocer de forma aproximada la localización de la lesión medular: - Lesiones en los segmentos medulares cervicales: en general se presenta como una tetraplegia (inmovilidad de las cuatro extremidades) que puede ser total o parcial.
C3 y superiores: Pérdida de la función del diafragma y los músculos que intervienen en la respiración. Se necesita un ventilador mecánico para respirar.
C4: Puede conservar algún control muy débil sobre el músculo bíceps y los hombros.
C5: Sí es capaz de mover los hombros y el bíceps, pero no las muñecas ni las manos.
C6: Se conserva control sobre las muñecas pero no de la mano.
C7 y T1: Pueden enderezar sus brazos pero hay problemas de destreza en las manos y los dedos.
Lesiones en los segmentos medulares torácicos: tienen como resultado la paraplejía (inmovilidad de las piernas), las manos, los brazos, la cabeza y la respiración no se ven afectadas.
T1 a T8: Conserva el control de las manos pero no sobre los músculos abdominales, por lo que el control del tronco es difícil o imposible. Cuanto más inferior sea el nivel de la lesión, esta discapacidad será menos severa.
T9 a T12: Sí tiene un buen control del tronco y de los músculos abdominales, por lo que el equilibrio sentado es muy bueno. No puede mover las piernas.
Lesiones en la región lumbar o sacra de la médula espinal: disminuye el control de las piernas y de la cadera, así como del sistema urinario, el ano y el aparato genital.
El diagnóstico de una lesión medular traumática se realiza en función de la historia clínica con el antecedente del trauma que ha ocurrido, la exploración física neurológica completa y las pruebas de imagen como tomografía axial computarizada, resonancia magnética, y estudios electrofisiológicos.
El tratamiento de la lesión medular traumática consiste en administrar de forma precoz, antes de las 8 horas después del traumatismo, dosis altas de metilprednisolona (un fármaco antiinflamatorio de la familia de los corticoides) para frenar la evolución del proceso inflamatorio secundario a la lesión. Una vez se ha establecido la parálisis o la alteración correspondiente a la lesión medular, el paciente requerirá una valoración de su grado de dependencia y un plan eficiente de rehabilitación y cuidados, que lleve a cabo un equipo multidisciplinar integrado por personal de enfermería, fisioterapia, rehabilitación médica, traumatología, terapia ocupacional, psicología, trabajo social… La investigación médica tiene puestas sus expectativas en el uso de células madre para tratar las lesiones medulares en el futuro.
La prevención de una lesión medular traumática se basa fundamentalmente en cualquier medida para evitar el traumatismo, tanto si es accidental como provocado, el uso de estrictas medidas de seguridad en las actividades que impliquen cierto riesgo.
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