En los inicios de la medicina cardiovascular se creía que los vasos sanguíneos eran meros conductos por los que circulaba la sangre. Sin embargo, hoy sabemos que la estructura de estos vasos es compleja, y en ellos están presentes un tipo de células, denominadas endoteliales, que forman un órgano conocido como endotelio. El endotelio es el elemento clave en el desarrollo de ciertas enfermedades inflamatorias como la ateroesclerosis, la hipertensión arterial o la enfermedad venosa crónica.
Enfermedad venosa crónica y enfermedad cardiovascular
La enfermedad venosa crónica se define como una disfunción de las venas que impide el adecuado retorno de la sangre al corazón. En esta patología, como ocurre con las enfermedades arteriales, se pueden observar elementos fisiopatológicos como lesión del endotelio, activación de algunas células del sistema inmunitario como los leucocitos; e inflamación o mayor tendencia a la coagulación, lo que incrementa el riesgo de trombosis.
Entre los principales factores de riesgo de la enfermedad venosa crónica se encuentran la diabetes mellitus, la obesidad, el tabaquismo y la edad avanzada. Las enfermedades arteriales y venosas se encuentran fuertemente interrelacionadas. La enfermedad venosa crónica incrementa el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, y también parece aumentar el riesgo de deterioro del sistema arterial. A su vez, la presencia de enfermedad cardiovascular en los miembros inferiores, es decir, en las piernas, incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad venosa crónica.
Sintomatología frecuente
Los síntomas más habituales que presentan los pacientes con enfermedad cardiovascular en los miembros inferiores y con enfermedad venosa crónica son similares. Hablamos de dolor, sensación de pesadez o cansancio en las piernas y cambios en el estado de la piel. También existe una fuerte relación entre la enfermedad venosa crónica y la enfermedad hemorroidal. Ambas comparten factores de riesgo como la edad, la obesidad o el sedentarismo y, a su vez, la enfermedad hemorroidal se asocia con un mayor riesgo de enfermedad arterial periférica.
Factores de riesgo modificables
Esta interrelación entre enfermedades cardiovasculares refuerza la importancia de actuar sobre los distintos factores de riesgo modificables: abandonar el consumo de tabaco, mantener un peso saludable y practicar ejercicio. Esto contribuirá a prevenir la enfermedad cardiovascular y, así, a reducir el riesgo de muerte. Recuerda, acude siempre al especialista y pregunta a tu farmacéutico de confianza. Te informaremos sobre esta cuestión y resolveremos cualquier duda que tengas.