La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a un porcentaje significativo de la población infantil. Se caracteriza por la aparición de lesiones eccematosas, con eritema, sequedad, descamación y prurito intenso, lo que afecta considerablemente la calidad de vida de los niños que la padecen y de sus familias.
Tratamiento de la dermatitis atópica en niños
Es fundamental destacar que la piel de los niños no es igual a la de los adultos. La piel infantil es más fina, permeable e inmadura, lo que la hace más vulnerable a la irritación, la sequedad y la acción de agentes externos. Por este motivo, el tratamiento de la dermatitis atópica en niños debe ser específico y adaptado a sus necesidades.
Consejos para el cuidado de la piel atópica infantil
El Dr. Jesús Garrido, Coordinador de Pediatría del Hospital Vithas La Salud de Granada, destaca la importancia de seguir una serie de recomendaciones para el cuidado de la piel atópica en niños:
Es fundamental mantener la piel correctamente hidratada con el uso de emolientes específicos para pieles atópicas. Estos productos ayudan a restaurar la barrera cutánea, reducir la sequedad y aliviar el picor. Se recomienda aplicarlos después del baño y siempre que sea necesario.
En los brotes de dermatitis atópica, el tratamiento principal se basa en la aplicación de corticoides tópicos, siempre bajo prescripción médica. Estos fármacos ayudan a reducir la inflamación, el picor y el enrojecimiento de la piel. Es importante utilizar la potencia y la duración del tratamiento indicadas por el pediatra para evitar efectos secundarios.
En algunos casos, puede ser necesario el uso de otros tratamientos, como los inmunomoduladores tópicos, la fototerapia o los antihistamínicos orales. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas, la edad del niño y otros factores individuales.
Es importante recordar que la dermatitis atópica es una enfermedad crónica que cursa en brotes. Esto significa que los síntomas pueden aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo. Con un tratamiento adecuado y unos cuidados diarios específicos, es posible controlar los brotes, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los niños con dermatitis atópica.