Cuándo pueden tomar probióticos los niños
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del huésped. Están presentes en algunos alimentos y también se pueden tomar en forma de suplementos.
En el momento del nacimiento, al pasar por el canal del parto, el bebé recibe los primeros microorganismos que formarán su flora intestinal. Esta flora, proveniente de la vagina de la madre, es fundamental para el desarrollo del sistema inmunitario del bebé.
Sin embargo, existen situaciones en las que esta transmisión de bacterias beneficiosas no se produce de forma óptima. Los bebés nacidos por cesárea o aquellos que han recibido antibióticos pueden tener una flora intestinal menos diversa y, por lo tanto, un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud como alergias, enfermedades autoinmunes o infecciones.
Probióticos para bebés: ¿cuándo son necesarios?
En estos casos, la administración de probióticos puede ser beneficiosa para ayudar a establecer una flora intestinal saludable. Los probióticos pueden ayudar a:
Recolonizar el intestino con bacterias beneficiosas.
Modular el sistema inmunitario.
Prevenir la diarrea asociada a los antibióticos.
Reducir el riesgo de desarrollar alergias.
Es importante destacar que no todos los probióticos son iguales. Es fundamental elegir probióticos de cepas específicas que hayan demostrado ser seguras y eficaces en estudios clínicos.
Si tienes dudas sobre si tu bebé necesita probióticos, consulta con su pediatra. El médico podrá evaluar su caso individual y recomendarte el producto más adecuado.