Las consecuencias de las caídas son muy variadas
En muchas ocasiones, una caída implica un antes y un después en la vida de una persona mayor, que puede pasar de ser alguien totalmente autónomo e independiente, a precisar la ayuda de terceros en todo tipo de tareas, incluyendo los cuidados más básicos y elementales. Las caídas son un fenómeno muy frecuente. Pensemos que aproximadamente 1/3 de las personas de más de 65 años se caen al menos una vez al año.
Además, la mitad de las personas que se caen no lo hacen solo una vez, sino que presentan múltiples episodios de caídas. Haciendo cálculos, estamos hablando de un problema de salud que, para el año 2030, podría afectar a más de 3.300.000 españoles.
Consecuencias de las caídas a nivel físico y psicológico
En el plano físico, además de las contusiones, heridas, esguinces o hematomas, podemos encontrarnos con lesiones mucho más graves. De hecho, una de cada diez caídas da lugar a lesiones físicas severas. Entre ellas, destacan, sobre todo, los traumatismos craneoencefálicos y las fracturas.
Las caídas son las responsables directas de más del 87 % de las fracturas que se presentan en la gente mayor y, dentro de las fracturas, una de las más temidas por su impacto importantísimo en la calidad de vida son las fracturas de cadera.
La fractura de cadera ocurre en el 1 % de todas las caídas. Podemos llegar a pensar que un 1% es un porcentaje bastante bajo, pero si pensamos en toda la gente que se cae, estamos hablando de que en España, a día de hoy nos enfrentamos a entre 40 y 45.000 fracturas de cadera anuales.
En el plano psicológico, el llamado síndrome de temor a caer es el miedo injustificado a presentar caídas, independientemente de haberlas sufrido o no con anterioridad. Podemos encontrarnos con algún grado de síndrome de temor a caer hasta en el 85 % de los casos.
Consecuencias de las caídas en el plano socioeconómico
Pensemos solamente, por citar un ejemplo, que las caídas motivan cerca del 10 % de las visitas a urgencias, generando aproximadamente entre el 6 % y el 7 % de los ingresos hospitalarios. En algunos estudios son muchos más.
Provocan forzosamente cambios de hábitos de vida en las personas mayores y en el entorno que les cuidan y se asocian también con un mayor gasto en recursos sociosanitarios.
Si hay algo que nos debe preocupar más que las consecuencias de las caídas es precisamente el no conocer todas estas consecuencias. El mensaje más importante de todos es que las caídas entendidas como síndrome geriátrico son un problema de salud tratable, para el que existen intervenciones eficaces.