Los lunares se encuentran alrededor de toda la superficie cutánea y, normalmente, los tenemos casi todos en torno a los veinte años. «En los años posteriores pueden aparecer algunos más y, con el tiempo, involucionan. Algunos, como por ejemplo los de la cara, van creciendo con el tiempo y perdiendo color», indica la dermatóloga Elia Roó.
El signo ABCDE: clave para identificar los lunares
La clave es saber identificar cuándo un lunar es bueno o malo y, lo bueno, es que existe una especie de protocolo que explica cómo saber si un lunar es maligno. Se conoce como signo ABCDE y, ante cualquier mancha o lunar que aparezca y cumpla este protocolo, se debe acudir al médico. Con la ayuda de la doctora Elia Roó, describimos a continuación a qué corresponde cada una de las letras:
A, de asimetría.
B, de bordes irregulares.
C, de cambios en el color.
D, un diámetro mayor de 6 mm.
E, de evolución, refiriéndose a cualquier cambio brusco, a un crecimiento rápido, a que pique o a que sangre.
Si una de nuestras manchas o lunares cumple con el signo ABCDE la recomendación es acudir rápidamente al especialista para que revise nuestra piel y pueda hacer un diagnóstico lo antes posible.
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