El cuerpo humano es un organismo totalmente comunicado entre sí y en el que un problema puede afectar posteriormente a otra una parte que a primera vista no tienen mucho que ver entre sí. Un ejemplo es cuando se tienen problemas en la piel y estos se trasladan a la vista. Esto ocurre en el caso de los estructuras de las superficies oculares, por ejemplo, los párpados. Así nos lo explica el oftalmológico del Instituto Oftalmológico Fernández Vega, Jesús Merayo. «Por ejemplo, el 50% de los pacientes que tienen orzuelos pueden tener una rosácea ocular», comenta. Y es que las estructuras oculares, que tienen como misión proteger a la córnea, enferman de la misma manera que lo hace la piel.
El hecho de tener un problema en estas estructuras pueden comprometer la visión al verse afectada justamente la córnea y la propia estructura conjuntiva. A la hora de abordar el tratamiento, hay que actuar sobre los párpados ya que lo fundamental es conservar la córnea transparente. «El tratamiento puede ser por vía oral o utópica», indica Merayo. Y nuestro oftalmólogo comenta que el tratamiento hay que hacerlo a largo plazo ya que las enfermedades de la piel se van desarrollando a medida que transcurre la vida.
Otro de los problemas de la piel que afectan a los ojos es el acné. En muchas ocasiones, a aquellos pacientes que sufren este problema de la piel se les aplica tratamientos ricos en vitamina A. «Esto puede derivar en que estas personas comiencen a sufrir sequedad ocular, lo que puede llevar a que no toleren lentes de contacto o no pueda aplicarles una cirugía posterior», asegura Merayo.
Descubre más artículos sobre patologías y tratamientos en el canal Oftalmología.