La gran mayoría de las cirugías estéticas no llevan asociado un problema de salud. Se trata de pacientes sanos. El especialista Moisés Martín Anaya explica que esa es una de las diferencias cuando tratan una reducción de pecho. «Las mujeres que vienen a realizar este tipo de cirugía también suelen ser mujeres sanas, pero saben que potencialmente pueden enfermar debido al tamaño de sus senos», explica.
Causas para una reducción de pecho
En este sentido, el cirujano plástico comenta que las mujeres con gigantomastia pueden sufrir varios problemas de salud: dolores de espalda o irritaciones e infecciones en el surco submamario son los más comunes. «Todo esto hay que valorarlo a la hora de informar a la paciente y también de afrontar este tipo de operaciones quirúrgicas», explica. Además, de cara a los especialistas, cuenta que «una reducción de pecho se realiza sobre un pecho sano», por lo que es necesario realizar unas pruebas previas para comprobar que no existe ninguna lesión o enfermedad.
Secuelas de una reducción de pecho
Por otro lado, y como único punto negativo a tener en cuenta, el cirujano menciona las cicatrices: «No se ha inventado aún la goma de borrar cicatrices, así que hay que tener en cuenta que van a quedar esas marcas, que mediante láser, podemos minimizar y hacer menos notorias, pero nunca desaparecer», explica. Además, añade que estas cicatrices hacen el postoperatorio un poco pesado, porque llevan distintos tipos de puntos: «Requiere de diversas visitas al cirujano y de diversos cuidados», explica.
Pero a partir de aquí, todo son ventajas. El especialista explica que «la reducción de pecho suele suponer, una vez realizada, un alivio físico y una mejora estética a las mujeres que la realizan». Además, señala que «no es dolorosa y permite a las pacientes una rápida incorporación a la vida social y laboral».
Descubre más artículos sobre reducción de pecho en Estética. Suscríbete a nuestro Canal de Estética y recibirás la última información con las más novedosas recomendaciones.