Ampicilina: ¿Cuándo y cómo tomarla?
La ampicilina es un antibiótico perteneciente al grupo de los beta-lactámicos. Se utiliza para tratar un amplio espectro de infecciones bacterianas, incluyendo:
Infecciones del oído
Infecciones respiratorias, como la bronquitis y la neumonía
Infecciones de la piel
Infecciones urinarias
Otras infecciones, como la meningitis y la endocarditis
Es importante destacar que la ampicilina no es efectiva contra infecciones virales, como la gripe o el resfriado común.
¿Cómo tomar la ampicilina?
La ampicilina se administra por vía oral, generalmente en forma de comprimidos, cápsulas o suspensión oral. La dosis y la duración del tratamiento varían en función del tipo de infección, la gravedad de la misma y la edad y el peso del paciente.
Es fundamental seguir las indicaciones del médico o farmacéutico y completar el tratamiento completo, incluso si los síntomas mejoran antes. Interrumpir el tratamiento antes de tiempo puede provocar que la infección reaparezca y que las bacterias se vuelvan resistentes al antibiótico.
Precauciones
Antes de tomar ampicilina, es importante informar al médico si se tiene alergia a la penicilina o a otros antibióticos beta-lactámicos. También se debe informar al médico si se está embarazada o en periodo de lactancia, o si se padece alguna enfermedad renal o hepática.
Efectos secundarios
La ampicilina es generalmente segura y bien tolerada. Sin embargo, como todos los medicamentos, puede causar efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes son:
Náuseas
Vómitos
Diarrea
Dolor de cabeza
Erupciones cutáneas
En caso de experimentar efectos secundarios graves o persistentes, se debe consultar al médico.