Los hábitos de vida saludables basados en una correcta alimentación constituyen pilares fundamentales en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes.
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Mejora de la Información al Paciente (MiPA)Los hábitos de vida saludables basados en una correcta alimentación constituyen pilares fundamentales en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes.
La alimentación es un factor fundamental en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias mediadas por la inmunidad. La dieta mediterránea se ha demostrado como el modelo de alimentación más beneficioso para la salud de forma global, además de disminuir muchas enfermedades como las cardiovasculares y el peso en pacientes con obesidad. También es la dieta más recomendada para pacientes con enfermedades inflamatorias por ser rica en alimentos antioxidantes y baja en alimentos procesados.
En primer lugar, se recomienda cocinar de forma sencilla, al vapor, a la plancha, al horno, etc., y se deben evitar las salsas, fritos o técnicas que incluyen rebozados. El único aceite para cocinar, aderezar ensaladas y untar será el aceite de oliva virgen extra, evitando los aceites refinados. No se debe utilizar nata ni mantequilla ni otras grasas ricas en grasas saturadas.
Se recomienda el consumo de cereales y pasta integrales al menos unas cinco veces a la semana, reduciendo el consumo de pan blanco a una vez a la semana aproximadamente, y otros cereales que no sean integrales deben eliminarse de la dieta. Los dulces tales como pasteles, galletas, bizcochos o natillas de producción industrial deben ser eliminados de la dieta.
En cuanto al consumo de fruta, la recomendación es de 3 piezas o más al día. El consumo de verduras y hortalizas será de 2 al día, siendo una de ellas en forma de ensalada. A la semana deben consumirse tres raciones de legumbres. Procure consumir tres raciones a la semana de frutos secos. Una ración equivale aproximadamente a 30 gramos.
Lo ideal es consumir más cantidad de pescado que de carne. El consumo de pescado recomendado es de unas tres raciones a la semana. Se debe sustituir el consumo de productos cárnicos como el jamón, las salchichas, la carne roja, etc., por carne blanca como por ejemplo el pollo o el pavo, el conejo, etc.
En las comidas se debe tomar normalmente agua, evitando los refrescos azucarados o zumos con azúcares añadidos. Todas las bebidas alcohólicas deben evitarse.
La enfermedad inflamatoria intestinal cursa con fases de baja inflamación y fases de mayor inflamación. Es frecuente que muchos alimentos no se toleren o no se recomienden durante las fases de brote o mayor actividad, y por ello no se puede realizar la dieta de perfil mediterráneo que recomendábamos en otras enfermedades.
La mayoría de los pacientes requieren consejo dietético individualizado, ya que la dieta debe adaptarse a cada paciente y su situación clínica. Por eso, es importante buscar la ayuda de profesionales de la salud, como nutricionistas y dietistas, para diseñar un plan de alimentación específico para cada caso.
y he Los hábitos de vida saludables basados en una correcta alimentación y ejercicio físico, constituyen dos pilares fundamentales en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias mediadas por la inmunidad. La dieta ideal en las enfermedades inflamatorias sería aquella que sea rica en alimentos antiinflamatorios y, sobre todo, rica en alimentos antioxidantes como la fruta, la verdura o el pescado, y que también, por supuesto, sea baja en alimentos que fomentan la inflamación, como son los alimentos procesados o ricos en azúcares solubles o La. Dieta mediterránea es el modelo de alimentación que ha demostrado mayores beneficios para la salud de forma global, ya que ha demostrado disminuir muchas enfermedades como las enfermedades cardiovasculares, y también disminuye el peso en pacientes con obesidad. Además, es la dieta más recomendada para pacientes con enfermedades inflamatorias por ser rica en alimentos antioxidantes y baja en alimentos procesados. Las recomendaciones generales en la dieta mediterránea son las siguientes En Primer lugar se recomienda cocinar de forma sencilla, es decir, al vapor, a la plancha, al horno, etcétera. Y se deben evitar, pues, cocinar con salsas fritos o técnicas que incluyen rebozados. El único aceite para cocinar, aderezar ensaladas y untar Se da el aceite de oliva virgen extra, evitando los aceites refinados y no se debe utilizar nata y mantequilla ni otras gracias ricas en grasas saturadas. Se recomienda el consumo de cereales y pasta integrales al menos unas cinco veces a la semana, reduciendo el consumo de pan blanco a un máximo de una a la semana aproximadamente. Y otros cereales que no sean integrales Deben eliminarse de la dieta los dulces tales como pasteles, galletas, bizcochos con natillas de producción industrial. En cuanto al consumo de fruta, la recomendación es de tres piezas o más al día. El consumo de verduras y hortalizas será de dos al día, siendo una de ellas en forma de ensalada. A la semana deben consumirse tres raciones de legumbres Procure. Consumir tres raciones a la semana de frutos secos Una ración equivale aproximadamente a treinta gramos. Lo ideal es consumir más cantidad de pescado que carne. El consumo de pescado recomendado es de unas tres raciones a la semana. Se debe sustituir el consumo de productos cárnicos como el jamón, salchichas, la cara roja que etcétera Por carne blanca, como por ejemplo el pollo, el pago del conejo, etcétera. En las comidas se debe tomar nuevamente agua evitando los refrescos azucarados o fuimos con azúcares añadidos. Todas las bebidas alcohólicas deben evitarse, eh? La enfermedad inflamatoria intestinal cursa con fases de baja inflamación y fases de mayor inflamación. Es frecuente que muchos alimentos no se toleren o no se recomienden durante las fases de brote o mayor actividad y por ello no puede realizar la dieta de perfil mediterráneo que recomendamos en otras enfermedades. La mayoría de los pacientes requieren consejo dietético individualizado, ya que la dieta recomendada puede variar dependiendo de la fase de la enfermedad Las cirugías realizadas o los tramos de tubo digestivo que están afectados Las recomendaciones nutricionales en fase de remisión, es decir, cuando la enfermedad está controlada y los síntomas digestivos como la diarrea, la plenitud, etcétera, también lo están. Se recomienda realizar una dieta lo más equilibrada posible de perfil mediterráneo. Se deben evitar dietas restrictivas o disminuir la ingesta de lácteos, ya que el aporte de calcio es muy importante para mantener una salud o sea adecuada Las recomendaciones nutricionales en fase de brote, es decir, cuando existen muchos síntomas digestivos como la diarrea, dolor abdominal o las náuseas, suelen incluir la restricción de fibra dietética de la actora de la alimentación Sin embargo, estas restricciones deben realizarse sólo durante un periodo corto de tiempo y siempre bajo supervisión médica. Para evitar déficits nutricionales. Es frecuente que los pacientes con obesidad y enfermedad inflamatoria intestinal tengan dificultad para seguir una dieta mediterránea estándar. En este caso, es prioritario la pérdida de peso y para ello es recomendable evitar el exceso de consumo de hidratos de carbono, intentar introducir la fruta de la verdura y consumir solo grasas saludables Además. Es especialmente importante el incremento de la actividad física de forma progresiva. En muchas ocasiones es necesario realizar una dieta individualizada y seguimiento por el médico especialista en nutrición o La obesidad es un exceso de grasa corporal que suele acompañarse de un exceso de grasa visceral, es decir, grasa acumulada en el hígado, el corazón y el resto de órganos. Esto constituye un problema de salud grave porque aumenta el riesgo cardiovascular, es decir, el riesgo de tener infartos de miocardio o ictus. Existen factores que aumentan el riesgo de padecer obesidad en las enfermedades inflamatorias mediadas por la inmunidad, tales como los tratamientos farmacológicos, la actividad física limitada, entre otros. La dieta más recomendada para perder peso y combatir la obesidad es la dieta mediterránea. El tejido adiposo en la obesidad provoca un aumento de sustancias inflamatorias que empeoran el pronóstico de las enfermedades inflamatorias mediadas por la inmunidad y se asocia con una peor respuesta al tratamiento, por lo que es prioritaria la pérdida de peso para mejorar la salud de forma global. Si es su caso. Recomendamos abordar este problema con su médico y buscar una solución para perder peso de forma saludable, eh O o